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Jesús Mayagoitia: La ligereza del espacio


La voluntad creadora del artista posee un mecanismo que se integra por las piezas del intelecto y la intuición estética, pero cuyo punto de ignición es el corazón. Las manos, en sí mismas, son el vehículo a través del cual se canaliza la energía que produce el movimiento de esa maquinaria, y la obra de arte es el universo que se expande continuamente desde la visión del artista que transforma la materia y el espacio.

El volumen, la profundidad y la propia forma de dicha obra de arte, sin embargo, es también el vacío en el cual aparece y a través del cual se manifiesta como una señal de la existencia de la inteligencia sensible del ser humano; en tanto que la carga semiótica de símbolos y significados, la constituye como un sistema de comunicación de emociones y conceptos ligados al conocimiento profundo del propio hacedor.

No existe, sin embargo, un método eficaz de traducción e interpretación de esos códigos lingüísticos, sino el que resulta de la experiencia individual de cada espectador; así, lo que para unos representa un semidios, para otros constituye un templo, mientras que para otros más son preguntas indescifrables que nos hace la materia en su continua transformación ilusoria. El espacio, en sí mismo, es la respuesta, la cual está sujeta a la interpretación de cada espectador.

Jesús Mayagoitia es un funambulista suspendido en la tesis anterior, pues su trabajo escultórico es una caja de resonancia de las vanguardias estéticas contemporáneas, con el añadido de una definición íntima de lo que es el discurso creativo: la escultura no es propiamente la obra de arte, sino que se trata de una manifestación que se integra también por el vacío que la circunda y dentro de la cual encaja, para con ello obtener una cualidad sensorial única.

 

Esa cualidad es la levitación de cada pieza que surge de su imaginación y que se instala como un cuerpo flotante en el espacio, lo que nos demuestra que, en la vastedad del universo, cualquier cantidad de materia es relativamente pequeña, comparada con el inmenso vacío. Se podría decir que la exposición de Mayagoitia que hoy se alberga en el Museo Federico Silva de Escultura Contemporánea, es una migración de cuerpos estelares.

De cada uno de ellos, en su perfecta sincronía de movimientos, se desprende una sensación de movimiento perpetuo, una dinámica de traslaciones en torno a sus centros de gravedad y a la atracción resultante de su interactuación como conjunto, lo que hace de esta exposición un ejercicio dancístico donde quien observa debe mantenerse inmóvil, a la espera del súbito desplazamiento de cada elemento de este archipiélago flotante.

Bienvenido a este espacio maestro Mayagoitia; a esta dimensión donde el goce del arte y la cultura es una práctica ligada a nuestra sociedad, pues reconocemos que ambos son pilares donde el hombre se alza para mirar más allá del horizonte, y sobre los cuales avanza hacia la consolidación de su espíritu y, por ende, hacia la trascendencia de su experiencia existencial.

Armando Herrera Silva

Secretario de Cultura de San Luis Potosí

Jorge Hernández Campos