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Archipiélago

4 escultoras mexicanas 4 Materiales transfigurados


En esta ocasión el Museo Federico Silva Escultura Contemporánea ofrece al espectador la exposición Archipiélago. 4 escultoras mexicanas 4. Materiales Transfigurados, que pretende mostrar, como en una polifonía, la labor de las notables creadoras: Águeda Lozano, Naomi Siegmann, Josefina Temín y Paloma Torres, cuyo denominador común es la imaginación rigurosa de universos tridimensionales.

Águeda Lozano (1944). Inicia su carrera artística como pintora y posteriormente suma la escultura; su obra denota una notable fuerza expresiva. En su composición volumétrica privilegia el acero inoxidable y también el acero al carbón como soportes de su vocabulario sensible y espiritual. La crítica de arte Chistine Frérot afirma que en su propia geometría introduce una ruptura fundamental, la línea quebrada que se convierte en el eje de vertebración de su universo espacial, tanto pictórico como tridimensional. Abstracción de elegancia extrema que rinde tributo sutil al paisaje, en especial de su tierra natal, Chihuahua, con sus horizontes infinitos y el entorno pétreo de sus cadenas montañosas, a pesar de residir en París desde hace casi medio siglo.

Naomi Siegmann (1933). Talladora en madera de sobresaliente destreza, que al inicio de su carrera les concedió importancia crucial a los objetos cotidianos, creándolos y recreándolos a la perfección, lo que para algunos críticos la hace acreedora al calificativo de “artista hiperrealista”. Pero, para nuestra sorpresa, su mirada objetual se resiste a las convenciones, deviene desconcertante, trasciende la mímesis de gajos objetivos de la realidad, pues siempre le proporciona al espectador una mirada diferente de los mismos. Su convicción proambientalista la hizo recurrir a otros materiales, bronce, acero, papel, neopreno y más recientemente con soportes reciclados o rescatados, como sus raíces de árboles, como mínimo ejemplo.

Josefina Temín (1954). Su creación revela una comunión permanente con la naturaleza. Dueña de un lenguaje compositivo propio, de aparente simplicidad y refinamiento exquisito, que oscila entre la flora y la fauna. Sus materiales básicos son papel, fibras vegetales y madera. Salvatore Costantino, crítico italiano, ha expresado: “Sus esculturas fuertes pero ligeras, son, sin duda alguna, realmente micro-instalaciones, revelando la creatividad y amor por la composición de carácter exclusivo, son para Temín la base de un diálogo artístico de gran clase, revelando talento y habilidades innatas, las cuales, por fortuna, toman consistencia física y espacial.”

Paloma Torres (1960). La ciudad que habita, como espacio social, entorno urbano y arquitectónico, ha sido su tema protagónico y una línea de lectura de su estética. Barro, metal, madera, piedra o urdimbre textil, le permiten desarrollar su propia concepción del ritmo y el movimiento, atendiendo la personalidad de cada pieza, el paisaje natural/espacio público y los procesos constructivos. Grupos escultóricos, columnas, edificios, imágenes citadinas, sintetizan el núcleo de su lenguaje plástico, mostrando las facetas del caos y del orden, así como el tránsito entre tales extremos de la morfología de las metrópolis. Cronista matérica de la esperanza y el desasosiego impuestos por las urbes.

Sea pues este Archipiélago, integrado por cuatro islas soberanas y deslumbrantes, festín visual, sensual y conceptual, para los visitantes del Museo Federico Silva Escultura Contemporánea.

Enrique Villa